Seguro cada año prometes vivir una vida más verde, ¿verdad? De hecho, vivir de manera más sostenible siempre está en la parte superior de nuestra agenda cuando llega el año nuevo, cuando cumplimos años o cuando vemos las consecuencias de, por ejemplo, el calentamiento global.
El encierro que vivimos durante la pandemia nos permitió examinar más a fondo nuestros hábitos de compra y la forma en la que consumimos energía como nunca antes. Pues bien, hoy te traemos algunas formas en las que podrías mejorar cuando se trata de adoptar prácticas ecológicas:
Los huertos en casa se han convertido en una alternativa excelente, que no solo permite sembrar lo que queremos, sino consumir de manera orgánica y responsable mientras ahorramos dinero y tenemos una mejor alimentación y calidad de vida. Lo cierto es que existen muchos tutoriales y guías para aprender a cultivar nuestras frutas y verduras, además de excelentes ideas para la creación y el mantenimiento de un lindo jardín.
Además, es una actividad familiar que puede mantenernos ocupados durante horas. Y es que tener un huerto en casa fomenta la conciencia sobre la vida, la diversidad, la responsabilidad sobre los cuidados de un ser vivo, el amor al medioambiente y, aunque no lo creas, la paciencia pues no todo siempre sale como queremos.
Entonces, si tienes un espacio en tu balcón o patio, ¿por qué no cultivar tus propios tomates, lechugas, hierbabuena y todo lo que puedas?
Una manera fácil de priorizar las prácticas ecológicas tiene que ver con cómo las incorporamos a nuestro programa de limpieza. Este es un proceso simple, pues solo debemos cambiar los productos de limpieza básicos que usamos en la casa por versiones ecológicas. Así, cuidamos de nuestra familia, de nosotros mismos y del medio ambiente.
La idea es empezar a usar limpia pisos, lavaloza y detergentes que usen ingredientes amables con el planeta y que, además, estén hechas de materiales reciclables. Este tipo de productos naturales no tienen químicos sintéticos, por lo que son más suaves al tacto con la piel y no generan problemas en los pulmones al respirar cerca de ellos.
De hecho, muchas veces no necesitas gastar mucho dinero y puedes hacerlos con los ingredientes que tienes en casa. Por ejemplo, limón, bicarbonato de sonido o vinagre para limpiar el baño; aceite de oliva para limpiar madera y pulir acero; crema dental para brillar metales; entre otros.
Consumir de forma responsable significa consumir menos y que aquello que consumimos sea lo más sostenible posible. Esto significa no comprar cosas innecesarias solo por moda, no consumir alimentos en exceso y no adquirir cosas impulsivamente. Pero también tiene que ver con ser más consciente de dónde gastamos nuestro dinero e incluso dónde lo guardamos. ¿Las tiendas en las que compro o los bancos que uso están asociados con industrias destructivas, por ejemplo?
Un consumidor consciente puede, incluso, tomarse el tiempo de ver cuánta energía está consumiendo en casa y reducir esos gastos. ¡Pero tranquila! La forma más fácil de vivir de manera más ecológica es hacer intercambios simples. ¿Podrías llevar una botella de agua reutilizable al gimnasio o a la oficina? ¿Podría usar productos reutilizables?
Estos pequeños cambios pueden marcar una gran diferencia en la huella de carbono y en el medio ambiente.
A todos nos encantan los productos de belleza, ¿cierto? -por eso estás en ese blog, porque tenemos los mejores consejos de belleza, cuidado personal y estilo de vida-.
Pues bien, esto no es malo. Lo malo es consumir productos cuyos materiales no sean, tal vez, reutilizables o no contengan ingredientes amigables con el medio ambiente. Actualmente, tienes en tus manos una serie de marcas que trabajan de manera consciente, ofrecen maquillaje y tratamientos libres de crueldad animal, veganos y orgánicos.
¡Solo tiene que buscarlas!
¿Te gustó este artículo? ¿estás lista y listo para empezar a vivir de manera más sostenible?
Si quieres conocer más sobre el arte del balance, no dejes de leer a nuestra columnista Sofía Estrada aquí.